– En algunas ocasiones la realidad contable no es exactamente como la pintan en la contabilidad (sobran las palabras).
– A veces la actividad económica empieza antes de contratar el gestor, ya que algunos emprendedores dan de alta la empresa o su actividad (autónomos) cuando ya tienen un volumen de negocio que lo justifica.
– Las normas contables son complejas, para entender los resultados financieros de la propia empresa se requiere unos conocimientos que no todo el mundo tiene.
– Los resultados no se obtienen mensualmente en la mayoría de los casos, si no trimestral y anualmente.
– El control se hace a posteriori y por lo tanto, en ocasiones ya es tarde para tomar algunas decisiones importantes para el negocio.
– Los resultados no reflejan los números reales de la empresa en muchas ocasiones. Hay amortizaciones, materia prima, etc que se contabiliza de una manera pero que tal vez no se ajusta a la realidad.
Conclusión: hay una diferencia entre la realidad y la fiscalidad. Es necesario por lo tanto, que alguien se ocupe internamente o externamente de controlar la situación financiera de la empresa.