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EL ORDEN DE LA CASA: LOS BENEFICIOS DE UN HOGAR ORDENADO

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A medida que crece el niño va tomando conciencia de su individualidad, y el desapego poco a poco se va creando especialmente con la figura materna. Irá aprendiendo a desarrollar sus actividades por sí mismo y comprendiendo que tendrá que seguir las reglas de la casa al igual que todos los demás miembros que la habitan. Por lo tanto, se le pedirá al niño primero colaboración y posteriormente autonomía en las actividades que realice.

Este hecho le crea la necesidad de poder dar respuestas adecuadas para adaptarse funcionalmente a la dinámica familiar y con el paso de los años ganar su independencia. De aquí se deriva la necesidad de que tenga un orden y una organización suficiente para poder responder a las demandas externas y adaptarse exitosamente a los diferentes contextos sociales, partiendo del aprendizaje y puesta en práctica que realice en su hogar.

El valor del orden es probablemente uno de los primeros que se aprenden en la vida, ya que ayuda a darle a cada cosa su lugar, y a que la persona misma aprenda a encontrar el propio. Los padres, deben enseñar a los hijos, disciplina, para que sepan amoldarse al contexto social; el orden es principio de disciplina y vuelve a las personas más productivas, ya que les ayuda a poner límites a las cosas, a las demás personas y a uno mismo, dándole a cada cosa su jerarquía y descubriendo el nivel de prioridad que tenga en su vida.

Con el orden se fomenta la organización, cualidad que permite a la persona disponer de modo ordenado de un conjunto de pasos para poder efectuar una tarea exitosamente. Y es que al ganar la independencia los niños cada vez más irán ampliando sus campos sociales y disponiendo de mayores obligaciones y actividades, para las cuales deberán organizarse si desean realizarlas con éxito.

EL ORDEN MENTAL
El orden empieza alrededor de  los 6 meses de edad y va hasta los 4 años. Durante este periodo el niño interioriza las reglas y las normas y por esta razón es muy importante establecer rutinas que permitan al niño absorber de manera ordenada el medio que lo rodea y ayudarlo en la construcción de su intelecto. En esta edad debemos ser muy consistentes con lo que queremos enseñar porque de lo contrario creamos confusión en el niño.

El orden no solo es bueno porque generará en el menor un beneficio a corto plazo como el de limpieza y organización a nivel externo, sino que a nivel interno ayudará a poner orden en nuestros pensamientos y a organizar nuestra mente. Por eso el orden se relaciona directamente con el orden mental.  Si el niño aprende a vivir en un lugar ordenado interpretará ese orden como un ambiente armónico y no caótico, brindándole una impresión de tranquilidad y relajación. Dicha estabilidad repercutirá a nivel cerebral, fomentando así, en el menor, pensamientos  saludables, racionales y organizados, que evidencie claramente su estilo de pensamiento realista. No obstante, también se puede hacer un mal uso del orden si nos vamos a los extremos, ya que no es bueno ni un orden exagerado ni un desorden caótico. De esta manera, cuando busque algo que necesite lo encontrará rápidamente y en primera instancia, sin dificultad alguna, aumentando la eficacia de sus actividades y desempeño, tanto en casa como en el colegio.

LA ESTRUCTURA DE LA CASA
Para empezar, desde la infraestructura de la casa, se debe de buscar que cada ambiente desarrolle una función específica, clara y diferente a los demás espacios. Como dice la frase: “Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa”. De esta manera, las principales áreas de la casa deberán ser las siguientes cumpliendo específicas funciones:
– La sala, debe ser el ambiente en común que comparta la familia para relajo o recepción de familiares, amigos y otras visitas.
– El comedor, entendido como el lugar de desayuno, almuerzo y cena.
– La cocina, el ambiente para preparar la comida.
– Los dormitorios serán los cuartos para el descanso y el sueño.
– La sala de estudios u oficina, facilitará el trabajo escolar.
– Los baños, empleados como el lugar de aseo.
– La sala de juegos, zona de distracción y recreación para los niños.

El niño como tal, tiene el derecho de tener su propio espacio personal y el deber de aprender a administrarlo, pero más allá de solamente el propio espacio, la casa debe estar también acondicionada para los menores del hogar. Esto es, disponer de mobiliario a la talla de ellos en las diferentes zonas antes mencionadas, tales como mesas, escritorios o sillas pequeñas. Se le debe facilitar de cajas o recipientes para guardar sus juguetes de modo ordenado y clasificado. Incluso, su propio ambiente puede ser decorado por el mismo niño, guiado siempre por la orientación de los padres.

El cuarto del niño desarrolla una función realmente importante, ya que será su principal zona de pertenencia y espacio personal, en la que demostrará qué tan ordenada lleva su vida. Por ello, desde pequeños se les debe enseñar a mantener el aseo y el orden en su cuarto, empezando desde la cama y terminando hasta el ropero. En el armario de ropa, cada cajón debe guardar un grupo de prendas en especial (por ejemplo un cajón para los pantalones y/o shorts, otro para los polos y/o blusas, otro para ropa interior, etc.). Debe haber una cama para el niño, y no televisores ni computadoras ya que perturbaría y lo distraería de la hora de sueño. Sí puede haber peluches y cuentos para que faciliten su descanso.

EL EJEMPLO DE LOS PADRES
Los padres, como responsables de parte de la formación de personalidad del niño, deben de cuidar el ambiente donde viven sus hijos y crear un espacio donde el orden sea el principal rector.

El ejemplo de los padres será realmente determinante, ya que aunque uno no nazca con el ?gen? del orden, puede rápidamente aprenderlo si tiene un claro y evidente ejemplo de todas las personas que habitan en su casa. El orden se debe convertir en un hábito y aplicarlo de modo rutinario por todos los miembros. Ello facilita que cada quien tenga en claro su terreno de acción y sus pertenencias permanezcan dentro de espacio personal.

Parte del orden también implica ser disciplinado en el seguimiento de un horario personal en el que se registre los momentos de comidas, sueño, aseo personal, juego y estudio.

El horario permitirá que el niño se planifique y organice según todas las actividades personales y escolares que tenga que realizar. Desde que se despierta, asea, va al colegio, realiza sus tareas escolares, descansa, juega, cena, hasta que se vuelve a dormir. Ello llevándolo de modo rutinario; la espontaneidad vendrá dentro de lo planificado, pero será un beneficio que el niño se irá ganando después de haber aprendido a regular su comportamiento mediante el orden.

¿QUÉ HACER?
Para que el orden sea aplicado en casa, será recomendable cumplir las siguientes sugerencias:
– Actividades para ser realizadas por los niños.
– Ayudar a tender su cama.
– Recoger su plato de la mesa y llevarlo al lavadero.
– Doblar y guardar la ropa en los armarios.
– Recoger su ropa y colocarlo en el cesto de ropa sucia.
– Ordenar y guardar sus juguetes después de jugar.
– Ayudar a colocar y sacar algunos cubiertos de la mesa.
– Colocar los papeles en el tacho de la basura.
RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES
– Durante los primeros años de vida es bueno no mover los muebles con mucha frecuencia pues son puntos de referencia para el niño.
– Pegar en los diferentes ambientes de la casa imágenes/dibujos que ejemplifiquen la adecuada realización de diferentes actividades (puede considerar las tareas anteriormente realizadas).

Pero la mejor recomendación que se puede dar es que los padres se conviertan en un real ejemplo de orden y disciplina, cumpliendo rutinariamente actividades de limpieza y trabajo que permita al niño inferir que aquello es lo que realmente tienen que hacer.

CONCLUSIÓN
Es así pues, que el orden está en todas las cosas humanas, y permite el ahorro de esfuerzo y energía: una cosa ordenada funciona mucho mejor que una desordenada. Un niño ordenado es un niño tranquilo, que sigue un método para hacer las cosas, que organiza su actividad. El niño pequeño tiende a ser desordenado, porque no comprende que las cosas han de hacerse de determinada manera. Es función de la educación (escuela y padres) irle progresivamente ordenando su comportamiento, ello le trae armonía, paz y buena disposición hacia las cosas. Su vida ha de tener también un orden, que se expresa en un ambiente con funciones claras y un horario, en un régimen organizado de su vida cotidiana que le ayudará a tener estabilidad emocional.

Ps. Claudia Guevara Cordero
Psicóloga Clínica (C.Ps.P. 16893)
EOS-Perú

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